Alucard;Personalidad
Por ser inmortal y casi invencible, Alucard es muy ególatra. Generalmente rebaja a las personas por cualquier o ninguna razón en lo absoluto. Su sonrisa lobuna y cargada de sarcasmo revela el morboso placer y desprecio que siente al ver perecer a quienes lo merecen bajo el fuego de sus armas. En el fragor de la batalla, Alucard se contiene deliberadamente, dándole a sus oponentes una sensación de fuerza, solo para volver a abrumarlos completamente y robarles esa sensación. Podría decirse sin perder precisión que Alucard, más que matar a sus oponentes, los quiebra. Por ejemplo, en el volumen 2, cuando Alucard pelea contra Luke, el segundo consigue algo de ventaja sobre el primero, y la victoria parece a su alcance. Las mareas cambian cuando Alucard le vuela las piernas a Luke, insultándolo por el hecho de que no puede regenerarlas. Entonces Alucard transforma parte de sí en perro y lo devora, diciendo "Te veo como algo más que excrementos humanos. Volverte la mierda de mi perro del infierno parece adecuado".
Alucard parece también estar en desacuerdo con la matanza sin sentido. En el capítulo 2 del manga (Murder Club), él incluye la matanza sin sentido en la lista de por qué es tan patética la pareja de vampiros. En la versión de televisión del mismo capítulo (Club M) su descontento es más apreciable: "Fuisteis y tomasteis todas esas vidas, y ni siquiera por sed. ¿Es divertido? ¿Eh? ¿Es eso lo que hace falta para que la mugre como vosotros se entretenga?".
Sin embargo, debajo de su actitud presumida, oscura y arrogante, Alucard es profundamente triste y está celoso de los humanos, que están benditos del don de la muerte, mientras que él mismo es incapaz de morir y debe recorrer la Tierra por siempre. Por el curso de su existencia, Alucard se ha dado cuenta de que la vida necesita de la muerte para hacerla preciada. Alucard eligió convertirse en monstruo para obtener poder y escapar de la muerte, y se arrepiente. Todo esto se muestra en varios puntos dentro de la serie. Como cuando le dice a la Reina que "es igual de bella que hace cincuenta años" y que ahora es "verdaderamente hermosa". También se pone furioso cuando Anderson se clava en el corazón el "Clavo de Helena" en el volumen 8 para convertirse en un monstruo inmortal, diciéndole a Anderson que se es monstruo por ignorar en demasía a Dios y se es un monstruo por seguirle demasiado lejos. También cuando le dice a Walter que su anciano cuerpo era un billón de veces más hermoso que su nuevo (y rejuvenecido) cuerpo vampírico.